Desde lejos, una pared decorada con platos de porcelana, relucientes, en orden y armonía. De cerca, un brillo periférico, un lustre resquebrajado, algunos con ilustraciones incompletas y punzantes, sonrientes protagonistas incapaces de ver; otros totalmente en blanco.
Los planos de la memoria personal y colectiva, indagando y tensionando entre la ficción y lo real.
Estructuras estables y familiares como detonadores de nuevas incertidumbres. La creación de otros relatos posibles sobre la formación y el costo de los mandatos.
El rol de las dimensiones.
Contra la pared. Una pared por delante. Ciega.